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En el documento podemos definir qué texto es el
título, cuál el subtítulo, y cuál los párrafos de contenido. Esta distinción no
es únicamente estética, sino que ayuda a Word a hacerse una idea de
la estructura del documento y esto a la larga nos ayudará en nuestro
trabajo. Un documento bien estructurado siempre es más sencillo de manejar,
facilitando por ejemplo la posterior creación de índices.
Desde la pestaña Inicio > grupo Estilos, encontramos un cuadro que nos permite elegir el tipo de texto que vamos a introducir.
De este modo, si pulsas Título 1 y a continuación
escribes algo, se considerará que el texto introducido es un título. De alguna
forma es como etiquetar cada uno de los elementos del archivo.
Al pulsar INTRO, Word asumirá que quieres cambiar de
elemento y pasará al formato Normal. Pero siempre puedes cambiarlo, por
ejemplo, para elegir insertar un Título 2 (que supone un nivel más
bajo en la jerarquía estructural) para incluir un subtítulo. (Clic)

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